CONSERVACIÓN PARA COLECCIONISTAS
Está dirigido no solo a coleccionistas, sino sobre todo a quien inicia una colección para que maneje nociones básicas de conservación y también a aquellos que poseen obras de arte u objetos valiosos adquiridos por el placer de tenerlos y no saben como velar por ellos.
Es necesario saber que las condiciones de almacenaje y exhibición son diferentes dependiendo de los materiales constitutivos y saber cómo cuidar una pintura, una escultura o una obra sobre papel, va a requerir tener los conocimientos básicos que lo permitan. Para quién posee una obra de arte es importante retardar la aparición de los deterioros que ocasionan la pérdida de sus cualidades estéticas y la disminución de su valor monetario.
Qué debemos saber para comenzar?
AGENTES DE DETERIORO Y MATERIAL CONSTITUTIVO DE LAS OBRAS DE ARTE
Garantizar la preservación de obras de arte es una tarea sencilla si se toman en cuenta una serie de normas de conservación y preservación, que se aplican dependiendo de los materiales que conforman al bien. La manera cómo reaccionan los materiales artísticos ante el medio ambiente: temperatura, humedad y luz, la acción de la contaminación ambiental y su mayor o menor resistencia ante el ataque de agentes biológicos como hongos, bacterias e insectos xilófagos, dependen de la naturaleza material del objeto.Esta cualidad explica la aparición de fisuras y craqueladuras en las policromías de las obras sobre tela, de las ondulaciones que aparecen en los soporte de tela y papel, también es la causa de las fisuras y fracturas que se encuentran en muchas esculturas realizadas en madera. Los cambios bruscos de humedad y temperatura son muy deteriorantes porque los movimientos que se generan afectan seriamente a las policromías.
Aspecto de policromía craquelada. Los desniveles observados son originados por levantamientos del estrato pictórico que a la larga conducen a su pérdida.
Por otra parte, usualmente se piensa que el metal y la piedra son materiales muy resistentes, sin embargo no están exentos de sufrir deterioros. El metal es muy susceptible ante la acción de la humedad, incluso el metal policromado. Valores superiores a 70% HR se consideran atmósfera húmeda para estos materiales y el inicio de procesos de corrosión.
Igualmente, las obras realizadas en piedra son afectadas por la acción combinada de la humedad y la contaminación ambiental. La llamada lluvia ácida provoca la formación de sales en el núcleo pétreo. Estos compuestos generalmente tienen un gran volumen y la presión interna que se genera ocasiona la aparición de fisuras, fracturas y pérdidas de material constitutivo. La piedra también es muy susceptible ante traumatismos y vibraciones.
Un factor que con mucha frecuencia genera graves deterioros en colecciones privadas es la luz. El contenido ultravioleta de la luz visible provoca decoloración en la mayoría de los pigmentos., también degrada muchos polímeros. Por esta razón no es aconsejable colocar obras cerca de ventanales, tampoco en espacios donde haya mucha iluminación artificial. Particularmente susceptibles ante la acción de la luz son las acuarelas.
Entonces, cómo aplicar esta información para evitar la aparición de deterioros en las obras de arte? Lo más importante es estabilidad de condiciones y ventilación. Algunas pautas:
1.- El aire acondicionado debe permanecer prendido a temperatura constante. Los espacios que se climatizan durante unas horas en el día a temperatura baja para luego apagar el aparato con el consecuente incremento en los valores, son muy perjudiciales para las obras.
2.- Ventilar los espacios.
3.- Evitar la acumulación de polvo sobre los objetos, sin embargo, la limpieza superficial es una actividad delicada que no se debe realizar a descuido. No aplicar productos químicos, jabón o detergente sobre las obras, tampoco en los marcos.
4.- No ubicar obras en espacios con un alto porcentaje de radiación solar o cerca de luminarias muy intensas sean fluorescentes o incandescentes.
5.- Si el formato lo permite evitar la incidencia directa del agua de lluvia sobre esculturas en piedra y metal.
La luz es radiación electromagnética. El rango del espectro que podemos ver es muy reducido, lo llamamos luz visible. Las longitudes de ondas más dañinas para los bienes culturales están por debajo del rango visible, hablamos de la radiación ultravioleta. El otro extremo del espectro también es deteriorante, pero es fácilmente controlable porque su presencia se siente como calor, se trata de la radiación infrarroja.
Pero, volvemos a la pregunta inicial, por qué la luz deteriora las obras de arte?. Los bienes culturales están compuestas por átomos y moléculas. El contenido ultravioleta de la luz es muy energético, esto se debe a que mientras más corta es la longitud de onda la cantidad de energía que posee la radiación es mayor. Cuando los fotones (que es el nombre de las pequeñas partículas que componen la luz) chocan contra la superficie de la obra, aportan la energía necesaria para que las moléculas de la superficie inicien reacciones químicas.
Los materiales más susceptibles son los de naturaleza orgánica. La luz modifica las características de las cadenas de hidrocarburos simples, también, actúa a nivel de los dobles y triples enlaces de estos compuestos y los hace susceptibles a reaccionar con el oxígeno, nitrógeno, azufre y otros contaminantes que se encuentran en la atmósfera.
Es importante saber que los materiales orgánicos forman parte esencial de la mayoría de las obras, bien sea como soporte o como elemento constituyente de las policromías. Tela, papel, madera, aglutinantes, colorantes, barnices, ceras, son de naturaleza orgánica y por lo tanto propensos a sufrir alteraciones. Las reacciones que los afectan de manera más frecuente son aquellas que involucran al oxígeno ambiental.
Es por ello que la luz puede ocasionar efectos muy variados sobre los bienes culturales. Entre otros se cuentan: el amarilleamiento de barnices, la decoloración de acuarelas y textiles, genera la aparición de microfisuras en los materiales plásticos y el amarilleamiento y pérdida de cualidades mecánicas de las piezas con soportes celulósicos, como es el caso de la obra sobre papel.
Entre las fuentes lumínicas artificiales, la luz fluorescente tiene mayor contenido Uv que la incandescente y la led. La mejor para las colecciones es la luz led. Sin embargo, esto no significa que debemos cambiar todo el sistema de iluminación de nuestra casa a fin de proteger las obras. Existen diversas maneras de disminuir los riesgos de daños ocasionados por la luz. La más sencilla es la utilización de filtros.
En el mercado se encuentran muchas opciones y bastantes proveedores. Existen películas diseñadas para colocar en las ventanas con una capacidad de filtrado de 99% de la radiación Uv y un gran porcentaje de calor (Serie Prestige de la casa 3M). También es posible cubrir los tubos fluorescentes con filtros diseñados especialmente con esta finalidad (distribuidos por la casa Gaylord Archival). Se consigue material filtrante en diversas presentaciones, láminas, tela, películas, lo importante es asegurarnos de que tengan un porcentaje de filtración alto.
Adicionalmente, resulta muy útil saber que la mayoría de los plásticos cumplen esta función. En el caso de las obras enmarcadas, es recomendable sustituir el vidrio por láminas acrílicas, también, se pueden colocar pantallas plásticas en las lámparas o disipar la luz con barreras de este material (por ejemplo, cortinas o persianas dispersantes de poliéster), inclusive las láminas de acetato escolar tienen una capacidad filtrante bastante alta.
Finalmente, lo más importante es estar conscientes del riesgo potencial que supone la iluminación, tanto natural como artificial, recordar que su acción es acumulativa y siempre actuar con sentido común, esto implica evitar riesgos y aplicar con prontitud los correctivos adecuados. Les dejo una dirección que puede ser de utilidad:
https://www.gaylord.com/c/Light-Filters-0
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