"Exposición Escultura Mínima"
A través de la historia la obra tridimensional ha sido concebida tomando en cuenta su ubicación en un lugar específico al que daba sentido. Vinculada a la actividad de la arquitectura ambos ejercicios se complementaban. También, desde el nacimiento de la humanidad, la disciplina escultórica ha sido un vehículo para conmemorar, honrar y aclamar situaciones, personajes y creencias. Sólo en el siglo XIX se apartó de propósitos y desempeños para reclamar su autonomía, para indagar el espacio, forma y volumen y conquistar su independencia.
Los soportes, realizados con pletina delgada de acero, consisten en un juego de líneas que se mueven por el espacio dibujando triángulos, óvalos y rectángulos que se convierten en pilar pero también en albergue de las piezas más pequeñas.
Los elementos de menor dimensión han sido concebidos como anillos y muestran características compositivas distintas. La disposición del volumen, formado por cintas de bronce bañadas en oro, permite que los dedos que reciben sean cobijados por las formas que se despliegan complejas: algunas son geométricas, un juego de trapecios y óvalos que se encuentran y separan; en otras, concurren franjas y volutas que suben arremolinadas o coinciden como fragmentos de flores detenidas en el metal que las concreta.
El material constitutivo refuerza el carácter dual de los objetos, perlas, piedra, bronce y oro que remiten a la escultura y a la joya, simbiosis que no deslegitima más bien reafirma una tradición, no en vano Hefesto era Dios de orfebres y fundidores, de su fragua salió el collar de Harmonía, también el carro de Helios.
En estas obras, la frontera configurada por la piel, esa línea limítrofe con lo diferente, se
En estas obras, la frontera configurada por la piel, esa línea limítrofe con lo diferente, se
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