En el caso de Escultura Mínima la funcionalidad remite a la joyería porque son esculturas pensadas para ser llevadas en el cuerpo, donde el espacio que se abarca y modifica es el entorno pero también es la materia que nos integra, lleno y vacío que se confunden e intercambian en un juego que establecen el objeto y la corporeidad que lo alberga.
El espacio es intangible, su relación con el hombre es de naturaleza psíquica. Está relacionado con el movimiento porque contribuye a su percepción. El ojo que recorre permite que la mente perciba. El espacio se aprehende y se habita, al tiempo que nos contiene y reside dentro de nosotros. La percepción es el vehículo que permite que estos ámbitos interno y externo se fusionen y coexistan en nuestro ser.
El espacio ilimitado e intangible necesita de forma y límites. Normalmentese concibe como una especie de vacío, sin embargo, esa vacuidad no es pasiva, posee una estructura que ofrece una suerte de andamiaje que articula los objetos que lo ocupan. Cada objeto, forma o diseño que habita el espacio se adapta y es influido por estas exigencias estructurales.
En este caso la estructura es el cuerpo, como contenedor que obliga a respetar normas y principios de ergonomía, donde forma, comodidad y función conviven y se complementan. La frontera configurada por la piel, esa línea limítrofe con lo diferente, se convierte en posibilidad de encuentro e integración, simbiosis entre obra de arte y corporeidad que recibe. Escultura Mínima es ornamento y obra autónoma, para la contemplación o para su uso, donde el espacio corporal, finito y aprehensible, constituye un vehículo más para la manifestación del objeto artístico.
Ingrid Lozano
Julio 2010

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