Relicario, 2004
60 x 27 x 25 cm
Acero soldado
Desde hace varios años, hemos seguido, muy de cerca, la obra de Ingrid Lozano, tanto en el Salón Arturo Michelena, como en la muestras individuales que ha realizado. Siempre hemos creído que su obra constituye un valioso aporte, una indagación muy original en el proceso de la escultura venezolana por cuanto incorpora a su búsqueda una propuesta que nos acerca o nos regresa a la vivencia de lo sagrado y lo simbólico: sus totems y columnas nos devuelven en un instante a los ceremoniales primitivos indígenas, y ahora, al espacio arquitectónico.
Para el Ateneo de Valencia constituye un motivo de beneplácito y orgullo presentar a los espectadores en nuestras salas, una obra recia y compacta en la simbiosis de concepto y de imagen de liviandad de cuerpos que se ofrecen para la contemplación y el goce sensual del tacto y la mirada. No obstante a ser cuerpos que evocan y acentúan lo religioso como búsqueda y trascendencia.
José Napoleón Oropeza
Las Eluvias III amanecer del día jueves 6 de agosto de 2004

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