Las imágenes que presenta Ingrid Lozano nos apartan de la habitual disposición con la que nos detenemos a observar una obra. Requieren de un estado de serenidad que inicie en la contemplación genuina de escenas ‘intimas’ tomadas de la naturaleza, especialmente del agua, a través de fotografías, cajas de luz y esculturas.
La sensorialidad delimita la aproximación a este grupo de obras y define el relato de la muestra. Las fotografías pierden su carácter documental y dentro de la amplia geografía vegetal, Lozano se detiene en el microcosmos. Lleva la mirada al sentido simbólico de la gota de agua como fuente de vida. Mientras en las esculturas, el desafío es alcanzar el efecto de maleabilidad, de sinuosidad, en un soporte adusto que no permite mayores inflexiones.
El conjunto de obras comparte entonces estas distintas maneras de acercarse al elemento agua. Las fotografías están impresas en la escala de grises y azules, y luego son intervenidas con pigmentos. Muestran una alegoría del renacimiento y la comunión entre los elementos de la naturaleza, agua, tierra y aire, visible en la dureza de la roca, en la liviandad del agua y su etérea evaporación; aluden también a la permanencia, a la fugacidad, al movimiento, al recorrido y a la intensidad mesurada por la misma naturaleza.
Las esculturas presentan una particularidad propia de la obra de Lozano: la paridad, la unión y la sinuosidad. La dureza del hierro para fabular la maleabilidad del agua presenta un gran reto para la artista. La metáfora que de ella realiza no es una síntesis, ni una reinterpretación, es una propuesta ‘otra’ resultado de sus investigaciones en los modos de resolver plásticamente la intangibilidad es este elemento. Se conjugan así materiales y aproximaciones a contenidos aparentemente disociados: dureza y flexibilidad, tierra y elevación, materia y desvanecimiento. Llega entonces a un desvelamiento poético de imágenes que abren la mirada a escenas limpias, esenciales, cercanas, sensuales y profundas.
A lo largo de su trayectoria Lozano ha mantenido estas constantes en la evocación de talantes místicos en los temas y la utilización de materiales con los que ha logrado resoluciones técnicas adecuadas a sus propósitos plásticos.
Anny Bello

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